Estudios moleculares apuntan que el el origen de esta planta perenne se sitúa en los países de Asia central. Las primeras señales del uso del ajo, tanto en la medicina como en la la gastronomía, se remonta al año 3000 a.C. en el Antiguo Egipto y la India. Es ampliamente consumido por sus abundantes propiedades medicinales y por su bajo contenido en calorías. Hipócrates, padre de la medicina, solía recetar ajo para tratar enfermedades de diferentes tipos en la Antigua Grecia. En la actualidad, la medicina moderna ha confirmado los numerosos beneficios de esta planta.
Propiedades medicinales del ajo y los beneficios que aporta al organismo
Ajos - Allium sativum
- Para conseguir sus efectos terapéuticos, es necesario ingerir como mínimo un diente de ajo con cada comida, unas dos o tres veces al día.
- La alicina es el compuesto activo del ajo. Es producida al partirlo o machacarlo estando crudo. La mayoría de los beneficios de la alicina se perderán si cocinamos el ajo antes de machacarlo.
- Es rico en vitamina B6, vitamina C y magnesio. Además contiene antioxidantes que refuerzan la protección contra el envejecimiento y daño celular, reduce el riesgo de padecer Alzheimer y demencia senil.
- Mediante sus suplementos, el ajo nos ayuda a prevenir y a tratar algunas enfermedades o dolencias comunes, como el resfriado y la gripe. Además, estudios realizados sobre estos suplementos revelan que podrían reducir el colesterol y LDL (sólo en personas de colesterol alto, no siendo así en personas con un nivel de colesterol normal). En adición, las dosis abundantes de ajo podrían mejorar la presión sanguínea de los pacientes de hipertensión (llegando a ser tan eficaces como los medicamentos convencionales).
- Estudios científicos demuestran que el ajo reduce significativamente la toxicidad de plomo y los síntomas asociados a este envenenamiento.