Ya podemos sentir el invierno en nuestra piel, la sensación de la bajada de temperatura es cada día más pronunciada. En estos días tan tristes, dejando atrás el verano, la naturaleza se viste de bonitos colores que estallan en infinitas tonalidades otoñales de colores amarillos, rojos y marrones. Durante estos días el jardinero debe recoger las hojas caídas, pero además tiene otras tareas, hoy veremos cuatro de ellas.

Los bulbos y las rizomas se plantan desde principios de mes, mientras no se hiele el terreno lo podremos hacer hasta el mes de diciembre. Las plantas de floración precoz como la campanilla de las nieves o el muscari brotarán nada más se derrita la nieve. En los climas en los que llegue muy pronto el frío no debemos aplazar esta labor más allá de mediados de octubre.

Las flores que dan las hortensias durante el mes de octubre son preciosas, al secarse adquieren unas tonalidades muy bonitas. Recogerlas al abrigo del hogar es una buena idea para que duren lo máximo posible. No obstante, si las queremos dejar en el jardín, podemos aplazar la poda hasta el periodo de descanso de la planta o, incluso, hasta la próxima floración.

Durante este mes también debemos plantar los árboles o arbustos perennes, este tipo de planta no descansa nunca y conviene que puedan echar raíces fuertes antes de la llegada del invierno. Es bueno preparar los hoyos con antelación, así podremos mantenerlos húmedos mediante riegos si vemos que el tiempo sigue siendo seco. Mientras tanto los cubriremos con abundantes hojas, paja o turba. De este modo el terreno se irá humedeciendo progresivamente, lo cual será muy bueno para la planta.

La reproducción mediante esquejes, acodos y estacas se puede realizar con éxito durante este período. Especies como la aucuba, la camelia y otras plantas perennes se suelen reproducir vegetativamente. La humedad natural que penetra entre los agujeritos de la envoltura es suficiente para el acodo, la estaca es mejor enterrarla bajo una cobertura de espesor grueso.