A la hora de sembrar cactus es necesaria mucha paciencia, puesto que para que una semilla se convierta en una planta adulta se necesitan como mínimo seis meses. Para lograr esta tarea con éxito son importantes varios factores como tener en cuenta el tipo de semilla, la calidad del sustrato y todos aquellos cuidados que remiten al cuidado de las plantas en general, como un riego y unas condiciones de luz adecuadas para la planta. Aún así es probable que en el primer intento tan solo sobrevivan dos o tres ejemplares.
Las semillas de cosecha propia son las mejores para asegurar una buena siembra, pues si estuvieran en mal estado podríamos perder la cosecha
Cactus variados 5.5cm - 20unidades
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Recolección y conservación de las semillas. Durante la temporada de fructificación del cactus es cuando debemos recolectar los granos. Conviene esperar a que el fruto esté bien maduro para no estropear la planta al retirarlo, después dejar que se sequen al sol, teniendo en cuenta que no sea demasiado caluroso el día. Para terminar solo quedará desmenuzar los frutos para separar los granos y, una vez limpios los podemos almacenar en sobres de papel etiquetados con la especie y la fecha de recolección.
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La tierra. El tipo de tierra o mezcla de tierras ideal es el que se compone de: de Turba rubia, de Turba negra, de arena de río lavada, de más 0,5 mm e inferior a 2 milímetros. Mezclar bien los tres tipos de tierra y luego depositar sobre una malla de unos 2 o 3 mm. Así mismo, también es bueno añadir un poco de carbón en polvo para evitar la proliferación de parásitos.
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La siembra. Para evitar los hongos conviene no utilizar recipientes demasiado grandes, unas macetas de plástico de 7 cm de diámetro son ideales para este caso y es muy aconsejable hacer una perforación en la base para facilitar un buen drenaje. Debemos rellenar la maceta con la mezcla que hemos preparado hasta unos 4 o 5 cm, luego compactar bien dejando la superficie bien lisa y esparcir unas pocas semillas de forma uniforme, evitando los bordes. Posteriormente debemos pulverizar con agua y cubrir con un pequeña capa de silicio la tierra.
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El riego. Entre riego y riego es preferible dejar que la tierra se seque bien. Para que el cactus crezca sano y vigoroso deberemos regar cada dos días durante los cuatro primeros días de la semana y dejar el resto sin regar. Las primeras semanas es recomendable cubrir la planta con un plástico para conservar la humedad.
Cuando hayan crecido los cactus podremos abonar cada quince o veinte días, de este modo aceleramos su crecimiento. Pasado un año ya pueden ser trasplantadas en macetas independientes.