El arbusto de la alcaparra es de origen asiático. Posee diversas aplicaciones culinarias, en la medicina y la cosmética. Su fruto es muy usado en la gastronomía mediterránea, de sabor ácido, amargo, salado y picante. No aportan calorías, debido a que prácticamente no contienen grasas. Sus hermosas flores poseen cualidades diuréticas, anti artríticas y antirreumáticas. Debido a que puede adaptarse a casi todo tipo de terreno, es muy interesante tener este arbusto en nuestro jardín. Sus tallos rastreros, que anualmente se renuevan, pueden alcanzar los 6 metros de longitud. También podemos cultivarlo en macetas.

Tratamiento post-cultivo de las alcaparras y sus aplicaciones en la cocina mediterránea.

• Después de la cosecha, debemos conservar las alcaparras en una solución de agua, vinagre y sal durante tres semanas. Podemos agregar tallos de hinojo a la solución para añadir otro sabor al producto final. Del mismo modo, es posible cultivar alcaparrones. Se trata de los frutos ya maduros de la planta, son mucho más grandes y se parecen a las aceitunas. Estos frutos son usados como aperitivo. 

• Las hojas y los tallos de las alcaparras también son comestibles, por lo regular son usados en ensaladas. 

• También podemos aprovechar los botones florales, los frutos muy inmaduros y los tallos jóvenes de este arbusto. Para ello, debemos ponerlos bajo sombra unas 4 o 5 horas. Cuando empiecen a marchitarse, pondremos la cosecha a remojo en agua saturada de sal. Al cabo de una semana, cambiaremos el agua. Con repetir el proceso dos veces, será suficiente para remover el sabor amargo.