El Plumbago auriculata es un arbusto trepador, conocido por sus flores de color celeste. Es una planta originaria de Sudáfrica que pertenece a la familia Plumbaginaceae. Popularmente también se conoce como jazmín azul, celestina, Azulina o jazmín celeste.
Este matorral de tallos leñosos de carácter semi trepador puede alcanzar los cinco metros de altura. Si queremos cubrir una zona en concreto del jardín con el plumbago, pues no desarrolla elementos con los que adherirse como las trepadoras comunes, por lo que podemos ayudar a la planta guiandola con una valla o una pérgola por ejemplo. Dejarlo en una zona alta para que caiga en cascada es otra opción.
Sus bonitas flores, de color azul cielo luminoso, resaltan sobre el follaje ligero de color verde claro, formado por hojas enteras y lisas. La floración de esta planta es muy prolongada, esta es justamente la principal razón por la que merece la pena cultivarlo. Desde finales de primavera podemos contemplar sus abundantes y preciosas flores de color azul celeste puro.
Es una planta delicada con la temperatura, por lo que no resulta fácil cultivar en climas fríos. En tal caso será mejor que si cultiva en macetas para que así la podamos resguardar del frío en invierno, pues no soporta las heladas por debajo de -5ºC.
Cultivada en un clima cálido puede vivir perfectamente al aire libre en una situación soleada, aunque le debemos procurar un terreno con buen drenaje con tal de evitar que se pudran sus raíces. En climas un poco más frescos también se puede cultivar, aunque deberemos tomar algunas precauciones. Buscaremos un sitio bien resguardado pero soleado, y cubriremos con paja, turba o algo similar sus raíces durante el invierno. Conviene que a finales de invierno lo podemos bien y hacer otra más ligera cuando vuelva a brotar para que crezca sano y fuerte.
Al ser una planta caduca es importante hacer la poda antes de que inicia la nueva brotación, como hemos dicho esto es a finales de invierno. También se puede hacer a finales de otoño si se tiene un clima lo suficientemente fresco, aunque no es lo más recomendable.
Para la poda cortaremos todas las ramas laterales que florecieron la última temporada, dejándoles únicamente unas dos o tres yemas. Retiraremos también todos los brotes secos y en mal estado que nos estorben. Las ramitas que durante la primavera veamos que se quedan secas mientras aparecen las primeras hojas, las podemos eliminar en cuanto las veamos.
Lo principal para que esta planta esté bien es elegir un sitio luminoso, incluso a pleno sol es una buena opción para el plumbago. Debemos protegerlo de las heladas y añadir materia orgánica sobre el terreno donde lo tengamos. Este será un suelo ligero y con un buen drenaje. El riego será regular durante el verano y leve durante el invierno.