La hortensia de invierno, una planta vividora - El Nou Garden

La hortensia de invierno, una planta vividora

La hortensia de invierno, una planta vividora

La bergenia o la hortensia de invierno, que son lo mismo, es otra de las plantas apropiadas para encarar el invierno. Si somos de esas personas que nos gusta vivir entre plantas y flores, la hortensia de invierno no suele defraudar a nadie. Es una planta perenne muy resistente y muy fácil de cultivar.

Decorada con sus grandes y fuertes hojas carnosas de color verde vivo, no teme ni a las sequías ni a la humedad excesiva, aguanta bien los calores y las heladas y no requiere de demasiados cuidados en general. Esta planta herbácea es muy agradecida, sin prestarle demasiada atención veremos que frondosa se pone y siempre llena de flores.

 

Sus pequeñas y numerosas flores suelen desarrollarse en racimos. Normalmente son de color rosáceo, aunque también las hay de color blanco, violeta o rojo. Incluso existen variedades cuyas hojas cambian de color durante el invierno, volviéndose de color púrpura, como es el caso de la bergenia cordifolia. Todo eso hace que sea una planta muy querida.

 

Esta planta tan versátil, vive bien en situaciones soleadas y luminosas al igual que en sitios sombríos. En climas templados se desarrolla muy bien, aunque en sitios más frescos, como en el norte de España o en lugares de extremo calor, como la provincia de León crece perfectamente. Prefiere los terrenos ricos y bien drenados, pero generalmente se adapta bien en cualquier tipo de suelo, tolerando perfectamente los terrenos alcalinos o calcáreos, incluso los lugares pedregosos y secos.

 

Es conveniente que al menos una vez al año, después de la floración del verano, se realice una limpieza para encarar bien el invierno entrante. Esto consiste en retirar las hojas secas y cortar los tallos florales, también podemos eliminar las partes que se hayan envejecido demasiado.

 

Se reproduce por medio de rizomas, brotes nuevos que podemos separar de la planta fácilmente. Los que sean demasiado largos los podemos cortar un poco, dejando solo a unos cuantos centímetros. El momento para extraer las rizomas es entre finales de verano y principios de otoño, una vez extraídas se pueden plantar en macetas o directamente en el suelo del jardín.

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