Es una planta anual originaria de la India y perteneciente a la familia de las labiadas. Se encuentra entre las plantas más utilizadas en la cocina mediterránea. Es apreciada también por cocineros de alrededor del mundo por combinar perfectamente con otros alimentos de la huerta, como el tomate, el orégano o la cebolla. Sin duda, su intenso aroma y sabor enriquecen nuestras comidas. Además tiene propiedades medicinales y es capaz de proteger a otras plantas del huerto o jardín.
Condiciones previas para el cultivo de la albahaca
Albahaca de hoja fina - Ocimum minimum
Temperatura. La albahaca crece cómodamente en climas cálidos y no aguanta demasiado bien el frío extremos ni las heladas. Viviendo en una temperatura entre los 15º y 25º se desarrolla plenamente, si el termómetro desciende de los -2º la albahaca detiene su crecimiento.
Sustrato. Un suelo profundo, fértil y drenante es idóneo para nuestra esta planta
Luz. Puede vivir a plena luz, pero también tolera la semisombra.
Riego. El riego debe ser moderado. Necesita suelos húmedos pero siempre evitando los encharcamientos, ya que demasiada agua estropear las raíces.
La siembra de la albahaca
En semilleros mejor. Es preferible sembrar la albahaca en semilleros, aunque lo podemos hacer directamente en la tierra o en macetas. En tal caso deberíamos enterrar las semillas a unos 2 cm de profundidad.
Temporada. El mejor momento para la siembra de la albahaca es entre los meses de febrero y abril.
La importancia de la humedad. Durante el proceso de germinación, lo ideal es mantener los semilleros a unos 20º y humedecer ligeramente la tierra con un pulverizador a diario hasta la germinación.
La importancia de la luz. 15 días después de la germinación de las semillas, es conveniente que reciban más luz.
Cultivar albahaca entre otras plantas. Si sembramos albahaca entre otras plantas del huerto o el jardín, nos ayudará a mantener alejados insectos y plagas. Muy recomendable cultivarla entre tomates, así los protegeremos de parásitos y tendrán mejor sabor.