El muérdago (Viscum album) es un arbusto semiparásito verde que se engancha a las ramas y troncos de varios tipos de árboles (por lo general a encinas, álamos y robles). Su nombre significa planta de la niebla. Esta planta llega a alcanzar el metro de altura. Sus frutos desprenden un líquido pegadizo, son unas bayas blancas semitransparentes que maduran en otoño. Las aves, al comerse las bayas y liberar las semillas, apoyan al sistema de propagación del muérdago; ya que, al quedar las semillas pegadas en las ramas de los árboles, se inicia nuevamente el ciclo de parasitación.
Sobre las raíces místicas del muérdago y sus beneficios en la medicina moderna
Muérdago - Gui - Pomos y ramos
Tradicionalmente se le asocia al amor, la fertilidad y la buena fortuna. Se cuenta que los italianos fueron de los primeros en atribuirle ‚Äúpropiedades especiales‚Äù en el amor. Desde entonces se extendió la tradición de darse un beso bajo una rama de muérdago en Navidad.
Por la posición de sus raíces que ni tocan la tierra ni se sostienen en el aire, se estableció la costumbre de coger sus frutos en ramas sin permitir que cayeran al suelo para luego colgarlas del techo. Antiguamente se colocaban ramas de muérdago por encima de las cunas de los recién nacidos, para así protegerlos de que las hadas se los llevaran y los intercambiaran por otros.
Para los antiguos druidas celtas, el muérdago era considerado como una planta sagrada. La importancia que se le daba era tal, que se utilizaba para celebrar rituales bajo los robles ancianos.
En la actualidad, se han descubierto diferentes aplicaciones del muérdago en la medicina contemporánea. Sus propiedades medicinales varían dependiendo del tipo de árbol parasitado, ya que esta planta absorbe los nutrientes del árbol que ha tomado como huésped.
Los tratamientos con muérdago ayudan a regular el sueño y la temperatura corporal, estimular el apetito y el sistema inmunitario, también tonifica el metabolismo.
Existen terapias que suministran el muérdago de forma similar a la insulina, mediante ampollas inyectables subcutáneas. También es utilizado como ingrediente principal en tratamientos de oncología integrativa, para combatir los efectos secundarios de la radioterapia y la quimioterapia. En España se utiliza en estos tratamientos desde hace una década.